jueves, 4 de enero de 2018

Sé que están ahí

Entré, no porque quería.
Entré porque era mi compromiso, era mi labor y entendí que era el único que podía entrar a ese cuarto y salir victorioso.
Cualquier otro que siquiera intentara entrar, no saldría, y si salía nunca podría contarlo.
Había mucho silencio. Y mucho silencio en este caso no es bueno. No sabes donde están. No sabes lo que están haciendo. No me da miedo, sólo que prefiero un poco de ruido. Ellos saben que mientras más silenciosos son, más difícil es sorprenderlos. Saben que no cualquiera entraría a ese cuarto. Pero también saben que soy el único que puede entrar y salir caminando tranquilo y que si a estas alturas ni siquiera me intimidan, ahora es poco lo que pueden hacer para asustarme.
No es que no les tenga miedo, es que no se los demuestro. Los que han intentado atravesar el pasillo quedan helados sólo por sentirlos. Nadie los ha visto, pero todos sabemos que están allí y que no hay que subestimarlos.
Si vas a pasar por esa puerta y a atravesar el pasillo hazlo, pero no les demuestres miedo... Solo respétalos. Están allí.

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