lunes, 5 de diciembre de 2011

Corriendo en Maracaibo

Me Declaro Inocente

Ayer domingo, mis amigos del Voluntariado de la parroquia Olegario Villalobos me dieron la oportunidad de ser el animador de la 1ra Carrera de 12 kilómetros de esa jurisdicción, cosa que agradezco en el corazón porque me hizo ver varios detalles que de no ser así, nunca hubiese conocido.
La competencia contó con más de 150 corredores de los cuales me atrevo a decir que al menos 130 eran de alto nivel. Los otros pocos se notaban que estaban allí porque eran las novias o los novios de otros corredores, o amigos tan queridos de éstos (porque hay que quererlos mucho para lanzarse a realizar semejante hazaña) que de otra manera nunca hubiesen invertido la madrugada de un domingo para correr por la ciudad.
Para darle sabor a la competencia (o para hacerla más interesante, como dirían los apostadores) además de los premios en metálico a los tres primeros lugares por categoría, ofrecimos a la salida varios premios de otra índole: 10 kilos de leche en polvo, 5 litros de aceite, 5 kilos de café y 5 cupos de Cadivi.
Por alguna extraña razón los promedios de velocidad se incrementaron, y lo que debió ser un recorrido para hacerse en 40-45 minutos, se hizo en 25 minutos y menos. Pero lo más sorprendente fue ver que salieron 165 corredores registrados con sus números y sus franelillas naranjas y tuvimos más de quinientos competidores que cruzaron la meta y reclamaban su premio en leche en polvo, algunos incluso hacían el recorrido dos veces para ver si se podían llevar el premio en combo: Aceite+leche.
Tuvieron que sortear no sólo la entrada al Mercado de Corotos de Cotorrera, que desde las 6.00 de la mañana (hora de salida de la competencia) congestiona completamente la avenida el Milagro (parte del recorrido de la competencia) sino también a los conductores que por no estar acostumbrados a ver a maratonistas de verdad en competencia de verdad, exigían a los deportistas que corrieran por las aceras y hasta “les lanzaban” sus carros para que se apartaran.
Al final todos los conductores y el público que vio pasar al enjambre de corredores pensó lo mismo: para correr en Maracaibo hay que tener una buena razón, y el hecho de que te prometan uno de los alimentos escaseados es tremenda razón para lanzarse 12 kilómetros de recorrido.


Roberto Rivas Suárez
Periodista
@rrivassuarez